Por Madretierra Tarot
Dicen que el tiempo más oscuro es antes del amanecer y
esto es julio en el ciclo del sol.
No estamos muy acostumbrados a enfrentar nuestras sombras, ni mucho menos a
hacernos cargo de nuestras oscuridades, de hecho tendemos a no hacernos cargo.
Siempre la culpa o la responsabilidad es del otro, simplemente porque no
aceptamos nuestra parte oscura.
La luz y la oscuridad son parte de la misma persona, así como la noche y el
día son parte de un día completo, así como el nacimiento y la muerte lo son de
la vida entera. Son complementarios entre sí, uno sin el otro no puede existir.
El ocultar y negar nuestras oscuridades, ha generado una sociedad enferma,
que constantemente está al borde del brote psicótico. La violencia y las
aberraciones de las cuales somos víctimas, o victimarios, constantes es parte
de esto.
Una persona que niega su sombra es una bomba de tiempo, el reloj hará tic
tac hasta que en algún momento explote, pudiendo ser una gran explosión o una pequeña.
Por ello, reconocer y darle un lugar a nuestras sombras es el comienzo de
una vida sana y armónica. El otro gran paso es laborarla. Siempre detrás de una
gran sombra hay un sentimiento de miedo o dolor. Si nosotros encendemos una
vela en ese sentimiento y lo sanamos la sombra se iluminará.
Este es un tiempo maravilloso para laborar con nuestras oscuridades, la
noche cae sobre la tarde y la luz tarda más tiempo en llegar en la mañana, ¿será
entonces que la luz y la oscuridad están buscando un equilibrio?
Solo la reflexión, nos permite reconocernos, dejá de lado todo aquello que
te penetra, como la televisión, computadora, música y solo entregáte a una
observación de tu ser.
Sincerate y abrite a las posibilidades, qué sucede con tus emociones cuando
te enojás, qué sentimientos y emociones te invaden cuando sentís dolor, o ¿solo
trae a tu mente esos momentos donde sentimientos oscuros aparecen? ¿Sos capaz
de sentir odio, rabia, ira? Podés engañar a todos menos a vos mismo, respirá
profundo y aceptalo, ese también sos vos. El que mintió, el que provocó dolor a
otro, el que faltó a su palabra, ese ser aunque te avergüense también sos vos. Aceptalo,
amalo y perdonálo, y ahora mirá más allá, y buscá qué sentimiento generó esa
acción, no te quedés en la justificación, es un lugar muy cómodo pero no sana
ni ayuda en nada, traspasala, y ocupate de recomponer la raíz del problema. Atendete,
reconocete, mimate y si solo no podés, buscá ayuda. Reconocer que necesitás
ayuda, no es sinónimo de debilidad, es sinónimo de madurez. Si es miedo aportá
frases que te den confianza, si es dolor solo mimate y ocupate de vos.
Fluí con las energías naturales, y verás que todo comienza a funcionar más
armónicamente.
Bendiciones, Zulma.
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