martes, 11 de noviembre de 2014

Magia y aloe vera


Es una planta mágica, muy buena compañera en muchos desequilibrios de la salud. Conocé algunos de sus beneficios y usos.
por Madretierra Tarot



              
El Doctor Motura, un reconocido médico cirujano de Paraná, investigador de la medicina herbal, – un hombre comprometido no solo con la salud de sus pacientes, sino también con la naturaleza – era otro de los ídolos de mi abuela, quien hasta lo seguía en los medios de comunicación, leía y subrayaba su libro “Aprende a curarte” donde en la tapa tiene una gran planta de aloe vera.
Mi abuela ponía en práctica cada una de las sugerencias del doctor, a su manera y seguramente con exageración. No importaba si tenía la afección para que la planta era recomendaba, ella conectaba puramente con la planta. La veía dormir con la cara embadurnada de la pulpa del aloe en la cara y en las piernas porque tenía muchas varices y ella decía que era bueno para eso. En la heladera y en la jarra en vez de agua te encontrabas con té frío de aloe, en la pava para tomar mate había una hojita, hacía ensaladas espantosas con trocitos de aloe. Consumió tanto aloe que tuvo una intoxicación y recuerdo que fue asistida por médicos, allí concluyó su fervor por el aloe vera, pero solo dejó de consumirlo, nunca dejó de colocárselo en la piel, así de intensa era mi abuela.
El aloe vera o sábila es una planta de larga data, se encuentran registros de su uso para la piel en Egipto y en la China. Es una planta rica en vitaminas, enzimas y minerales, es excelente aliado de la belleza, no solo evita arrugas sino que puede ser usado como filtro solar, en el cabello da brillo y quita la caspa. Previene caries y ayuda con herpes y aftas bucales. Es excelente en quemaduras de todo tipo.
Por sus propiedades desinflamante y sobre todo cicatrizante, así como también un poderoso desinfectante, se lo usa en heridas de la piel, hemorroides e internamente en úlceras estomacales, ayuda a regenerar tejidos por lo que es bueno para psoriasis, acné, verrugas, picaduras, irritación, cáncer de piel, hongos en los pies, hongos vaginales, varices, torceduras, moretones, y más. Es un excelente desodorante.
El aloe vera actúa como un purificador de la sangre y es altamente recomendado para personas que padecen de arteriosclerosis e hipertensión. Al favorecer la oxigenación de los tejidos, retarda el envejecimiento, aumentando la elasticidad. Regula la tensión sanguínea. Es una de las plantas que ayudan en la absorción del calcio por lo que es buena para la osteoporosis, ayuda a recuperar el funcionamiento del páncreas siendo bueno para la diabetes.
A nivel externo se aplica como una pasta y a nivel interno es bueno preparar un licuado con la pulpa de una hoja de aloe vera, una cucharada de miel, una cucharada de limón, y si se quiere y gusta una ralladura de jengibre. Es un rico y sano zumo de aloe vera, excelente para la limpieza estomacal y la renovación del páncreas. No es recomendable el consumo para niños ni embarazadas, y recuerda la enseñanza de mi abuela, con esta y con todas las plantas, no exagerar en el consumo, todo en su medida equilibrada.
Mis bendiciones.
Zulma.

Escrito para Mujeres Divinas

martes, 28 de octubre de 2014

Caminito que el tiempo ha borrado


Nuevamente nos encontramos en este espacio maravilloso donde podemos conocer y transmitir las virtudes de nuestra farmacia natural.
por Madretierra Tarot



Por estos días, debido al calor,  los olores se impregnan mucho en el aire y los recuerdos vuelven con mayor rapidez.
Transitando por las callecitas de mi barrio, distingo a lo lejos un manto rosa fucsia de cardos en flor, inmediatamente viene hacia mí aquella canción que solía cantar mi abuela:
“Caminito cubierto de cardos,
la mano del tiempo tu huella borró…
Yo a tu lado quisiera caer
y que el tiempo nos mate a los dos”.
Hasta suelo escuchar como lo silbaba. Por supuesto que no comprendí su canto hasta después de su partida. La cantante griega, Nana Mouskouri, expresa muy bien ese sentimiento en un fragmento de esa misma canción:
“Desde que se fue
triste vivo yo,
caminito amigo,
yo también me voy”.
Mi abuela fue una mujer fuerte y andariega, para ella el amor “eran pavadas”, jamás hablaba de mi abuelo y nunca conocí fotos de él. Cuando preguntaba ella solía responder: “Pero…, un negro fiero”. Mi abuela también sufrió por amor.
La historia dice que mi abuelo vino de Brasil y trabajaba como peón de campo. Cuando trabajó para el padre de mi abuela, un turco dueño de más de medio pueblo, respetado por muchos y temido por otros, se enamoraron y decidieron darle lugar al amor, ganándose el rechazo de su padre y perdiendo todo reclamo a herencia alguna. Estas cuestiones no fueron de importancia para mi abuela, a pesar de todo se casaron y tuvieron tres hijos. Un día, cuando el mayor tenía tan sólo cuatro años, mi abuelo la abandonó y nunca volvieron a verse. Así se forjó la historia de esta mujer dura y descreída en cuestiones del amor, y cada vez que escucho esta canción, registro a lo largo del tiempo la huella del dolor en su corazón.
“Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal”.
Cardo Mariano
En medicina china, el hígado es el órgano encargado de dispensar armónicamente la energía (chi) y la sangre hacia todo el cuerpo. Allí se deposita la rabia y el enojo, el mejor reconstituyente hepático es el cardo mariano (Silybum marianum).
Es una planta silvestre muy noble, he visto crecer familias en lugares donde el agua ha escaseado por más de un año.
Es buena para tomar después de un tratamiento prolongado de antibióticos o quimioterapia, intoxicaciones o envenenamiento, cirrosis, hepatitis y cuando la flora intestinal queda barrida, esta planta originaria del Mediterráneo reconstruye las células hepáticas rápidamente. También es buena acompañante en una dieta para adelgazar debido a que elimina toxinas e impide la acumulación de grasas en el hígado, bajando los niveles de
colesterol. El cardo mariano ayuda además en la producción de leche materna. Se puede tomar en té y en tintura madre, una gota por kilo de peso, unas dos o tres veces al día. Recuerden consultar a su médico de cabecera ante cualquier duda.
 Zulma Moreyra

escrito para la revista Mujeres Divinas

martes, 14 de octubre de 2014

Madreselvas en flor

 
Amo el tiempo del verano en casa, las plantas son las diosas del jardín, parece que compiten para ver cual se luce más.
por Madretierra Tarot



               
Los hemerocallis con su corola naranja, los árboles con sus frutos, la huerta con los tomates rojos o los repollos como rosas verdes gigantes, las margaritas en su simpleza con su perfume dulzón y su forma de avanzar, no sólo sobre el tejido, sino sobre la hierba, y la reina del jardín es sin dudas la madreselva (Lonicera caprifolium). Las nochecitas con su aroma son lo más hermoso del verano, quién no tiene recuerdos de Madreselva en flor.
En mi aprendizaje ella es una flor transportadora, para mí activa la memoria. Para el creador del sistema floral Bach, la madreselva es una planta que ayuda a soltar el pasado, acompaña a esas personas que siempre sienten que todo tiempo pasado fue mejor, y esto sólo confirma mi aprendizaje. Para vivir en el presente hay que reconocer el pasado y mirar hacia el futuro, siempre pensando en el presente, la emoción y la pasión deben estar ancladas en el acá y ahora. La madreselva te acompaña en recuerdos, pero en conciencia del presente y soltando la energía que nos ata al pasado, mostrándonos éste con dulzura y delicadeza, con la energía en el hoy.
La madreselva ha sido usada tanto para bajar la fiebre así como para calmar la tos. Entre sus propiedades se la reconoce como diurética y desintoxicante. Por lo que es buena en enfermedades como el asma, el reuma y trastornos hepáticos. Como toda planta que acompaña la desintoxicación de los riñones aumentan la vitalidad sexual y prolongan la vida.
Se la puede consumir en un rico té o en una torta de flores, las partes que se utilizan son las flores y la corteza, en algunas regiones de Europa se come su flor durante el verano. A mi me gusta en mate, así que si te venís por Madretierra te convido con unos mates con flores de madreselva.
Mis bendiciones.
Zulma.


Escrito para Mujeres Divinas

lunes, 13 de octubre de 2014

La caída de un gigante


Llevo dos días mareada sin comprender qué me pasa. Hoy a la tarde tuve la respuesta.
por Madretierra Tarot



               
A mi abuela cuando era niña y vivía en el campo, sus padres la asustaban con la solapa para que se quedara adentro de la casa durante la siesta. Un día, necesitaron de su ayuda y la enviaron a buscar algo al pueblo a la siesta, ella temerosa pero obediente fue, cabe destacar que en el campo todas las distancias son largas por lo que había transitado un largo trecho. Aún no había salido de la propiedad de su padre, cuando una sombra negra la atacó y se le cayó encima, fue tal el susto que se desmayó. Cuando volvió en sí, estaba sola, intacta, pero segura que había sido la solapa que se la quiso llevar, volvió a su casa con las manos vacías pero con la garganta y el pecho lleno de llantos y su papá envió a sus empleados a que busquen a quien la ataco. Pues nadie encontró nada.
Mi abuela no permitía que nadie nos asustara con solapas ni viejos de la bolsa, ni ningún tipo de fantasma, inmediatamente desmitificaba todo tipo de cuento para asustar a los niños, y la solapa era la principal. Trabajaba en un lugar de muchos árboles y viejos eucaliptos, y a veces cuando me llevaba con ella a trabajar, a la siesta de vuelta a casa nos parábamos frente a estos gigantes antiguos y me hacía escuchar los sonidos: “¿ves? son palomas, no solapas” decía.
Cuando me vine a vivir a mi actual casa, diseñé una gran ventana en la cocina para mirar un viejo eucalipto vecino, con mi niña le decíamos “el conventillo”, porque era un punto de encuentro donde todos los pájaros de la zona se reunían a compartir. Había palomas que parecían gallinas de tan grandes, zorzales, lechuzas, benteveos, gorriones, tijeretas, y quien sabe que otros pájaros más. A unas cuadras viven en la punta de un pino muy alto una familia de búhos blancos, que a diario de noche viajan hacia el sur a varias cuadras a otros pinos y muchas veces hacen parada en el eucalipto. De él coseche varias veces hojas de eucaliptos para los catarros en invierno.
Hoy a la siesta, como la solapa, lo tiraron abajo. Fin del mareo, fin de “el conventillo”, fin del viejo protector de la cuadra. Siento un gran dolor y enojo, “el progreso” le llaman.
Beneficios del eucalipto
El eucalipto es excelente para los problemas de catarros y resfríos, combina bien con miel y limón. También es bueno para desodorante y es analgésico. Otras propiedades que se le conocen: antirreumático, antiinflamatorio, antiséptico, antiespasmódico, antiviral de amplio espectro, bactericida, balsámico, cicatrizante, descongestivo, depurativo, diurético, expectorante, febrífugo e insecticida.

Zulma Moreyra

Escrito para la revista Mujeres Divinas

jueves, 17 de julio de 2014

Un mundo verde

 
La simpleza de las hierbas, la belleza y la majestuosidad de una flor, en un simple acto de vida.
por Madretierra Tarot


               
No siempre amé el mundo verde, hubo un tiempo que me alejé de él y casi creí desconocerlo. No comprendía absolutamente nada de lo que lo rodeaba y como siempre, la vida te pone ángeles en el camino.
Así fue que mi amiga Laura un día me dijo “Venite a vivir a mi casa que me tengo que ir, alguien se tiene que encargar de las plantas”, y sus plantas eran tan salvajes como ella. Recuerdo que no tenían orden, un día eran pequeñas y al otro día mismo era una selva. Ella amaba las plantas viejas, su casa rodeada de hemerocalis, azucenas, lirios, jazmines, fresias, violetas, todas floridas, fue mi reencuentro con la vida misma.
El compromiso de cuidar de sus amores era muy grande, tenía mucho temor de no poder cumplir, pero ellas me enseñaron. Igual nunca logré un orden en ese jardín, las plantas hacían lo que querían y crecían como habichuelas mágicas.
Fue ahí cuando apareció otro ángel en mi camino, Claudia, quien tenía un vivero donde yo me acoplé con artesanías. Mi compromiso era atender el vivero a la mañana, pobre plantas, pobre Claudia, recuerdo que con ella aprendí sus nombres y sobre todo la cuestión del agua. Con qué paciencia mi amiga me explicaba amorosamente “esta necesita mucha agua, esta otra solo un poco”, varias murieron bajo el escándalo de mi manguera, “¡con lluvia como la del cielo, no a chorro como los bomberos!”, decía mi amiga. Con ella aprendí a hablar y comunicarme con las plantas y a ver esa simple belleza en cada una.
Así fue llegando mi tiempo de un hogar nuevo en las afueras de la ciudad, llené mi casa de plantas y realmente estaban hermosas. Ese verano disfruté de mi jardín, pero el crudo invierno llegó, las heladas hicieron lo suyo y todo quedó seco, en apariencias muerto. Al regresar la primavera muy pocas volvieron a brotar, de todos modos yo mantenía la secreta esperanza de que iban a brotar más, las regué con agua y rezos, las acaricié. Les hice ver que yo esperaba más de ellas, y pasó el milagro de la vida, mis plantas la gran mayoría retoñaron, y esa primavera mi jardín me dio la gran lección de mi vida.
Cuántas veces creemos que todo está perdido, que no hay ya nada por hacer, y con fe, amor y confianza además de lo usual, agua en este caso, podemos hacer milagros. La vida es una danza maravillosa donde todo nace, crece, da lo mejor de sí y muere para volver a nacer y continuar danzando. Esto me enseñó mi jardín, y desde ahí yo danzo en la vida, como mi jardín.
Hoy no hay recetas, solo los invito a disfrutar de la belleza otoñal de este mes de abril.
Con amor.
Zulma.

Escrito para la revista Mujeres Divinas